Cuento para contar mientras se come un huevo frito

La aventura comenzó con la lectura del cuento, una historia que nos habla de la gallina Anselma y su huevo, una narrativa que invita a los pequeños a un viaje sensorial y lleno de imaginación. Pero le dimos un giro especial: cada niño recibió una tarjeta con los personajes del cuento y, al escuchar el nombre de su personaje, debían levantarse y luego sentarse. Esta dinámica, inspirada en estrategias que buscan activar la participación y atención de los niños , transformó la lectura en una experiencia viva y emocionante.
Después de la lectura, pusimos manos a la obra en una actividad artística: la creación de salvamanteles para el desayuno. Los niños desbordaron su creatividad, plasmando en sus salvamanteles colores, formas y elementos del cuento. Esta parte de la actividad no solo sirvió para reforzar la historia que acababan de escuchar, sino también para ofrecerles una oportunidad de expresarse artísticamente, una práctica esencial para el desarrollo del pensamiento creativo. Para asegurarnos de que estos tesoros artísticos perduren, procedimos a plastificar cada salvamantel. De esta manera, los niños podrán llevarse a casa no solo un recuerdo de la actividad, sino también un objeto útil y personalizado que les recordará la importancia de la lectura y la creatividad en su vida cotidiana.
Esperamos que esta entrada inspire a otros a realizar actividades similares y a reconocer la biblioteca como un espacio de crecimiento y exploración creativa. ¡Hasta la próxima aventura literaria!

 

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